Resina Alcanfor

La palabra alcanfor deriva del latín medieval camfora, que a su vez deriva del árabe al-kafur, teniendo este término su origen en el sánscrito, कर्पूरम्/karpūram.

 

El alcanfor era ya muy conocido en la India durante el período védico (2000 a. C.). El término sánscrito karpūram probablemente tenga su origen en la antigua lengua malaya, en la que al alcanfor se le llamaba kapur Barus, expresión que significa “tiza de Barus”, debido a su color blanquecino. En aquella época, los comerciantes indios compraban alcanfor a los comerciantes malayos.

 

El alcanfor proviene de un árbol muy aromático conocido como Cinnamomum camphora, endémico de Asia. Sus nombres populares varían entre “árbol de alcanfor”, “alcanfor chino”, “alcanfor japonés”, “alcanfor de Baros”, “alcanfor de Borneo”, entre otros.

 

Campfora es rápidamente absorbida por la piel, produciendo una sensación refrescante similar a la del mentol, y actúa como un anestésico local suave y también como antimicrobiano y antiséptico.

 

El alcanfor ayuda al autoconocimiento, trabajando la disciplina personal, ayudando a transformar y controlar hábitos negativos. Esta planta está relacionada con la energía del recogimiento y la castidad.

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