Árbol delOlíbano (Género Boswellia)
El Olíbano es un Árbol pequeño, de entre dos a siete metros de altura, de corteza fina, pequeñas flores dispuestas en racimos, ramificado desde su base, y caducifolio. La resina se extrae mediante pequeñas incisiones en el tronco y ramas; el látex coagula al contacto con el aire y se recoge con la mano. Florecen en la temporada seca, antes de que broten las hojas.
Estos árboles tienen una apariencia única y distintiva, con ramas nudosas y retorcidas que parecen bonsáis del desierto.
La corteza tiene conductos de resina y una capa resinosa color marrón rojizo. Los árboles comienzan a producir resina aproximadamente a los 8-10 años, o cuando el tronco alcanza unos 38 cm de diámetro, a la altura del pecho.
Existe una considerable variación entre las especies; en la forma de sus hojas, flores, frutos, ramas, y tamaño y forma del tronco.
Distribución
El género incluye unas 18 especies arbóreas entre pequeñas y medianas, nativas de las regiones tropicales áridas de África, Oriente Medio y Asia meridional. El género se distribuye en 21 países, y solo algunas especies son endémicas de un solo país.
Crece en hábitats de montes desérticos áridos y rocosos, a menudo en pendientes pronunciadas o rocosas. Pueden ser especies dominantes en lomas, cimas de colinas y las zonas más secas.
Ecología
La destrucción de hábitats, la infestación por insectos y la sangría excesiva para el comercio, son una amenaza para la supervivencia de estas especies.
En Camerún, el Chad, Eritrea, Etiopía, Nigeria, la República Centroafricana, el Sudán y Uganda, las amenazas incluyen la agricultura, el sobrepastoreo, los incendios y el desmonte de tierras para la rotación de cultivos. En Omán, la minería de grava erosiona el suelo, aumenta la evaporación de agua y disminuye la disponibilidad de nutrientes.
Los árboles son objeto de sangrías excesivas; Boswelia sacra y Boswelia en Djibouti; Boswelia papyrifera en Etiopía y Eritrea. En Omán, donde se encuentra la mayor parte de las poblaciones de Boswelia sacra, las disminuciones informadas tras varios años de seguimiento se atribuyen a métodos de sangría inapropiados y a una escasa supervisión durante la sangría, y la mayor accesibilidad de los árboles contribuye a que sean a menudo objeto de sangrías excesivas y recolección continua durante todo el año.
Los métodos de sangría inapropiados incluyen cortes demasiado profundos o largos, que rodean el árbol. La tasa de germinación es más alta y la regeneración es más adecuada en las zonas donde no se permite la sangría o que no han sido sangradas.
La sangría se realiza durante la temporada seca, cuando los árboles no tienen hojas, la sangría agota las reservas de carbono y fuerza al árbol, obligándole a hacer compensaciones.
Las poblaciones sujetas a recolección excesiva se caracterizan por la falta de ejemplares jóvenes y plántulas. Para evitar las prácticas de recolección incorrectas, debe revisarse el método de sangría y recolección para proteger estas especies.